La obra representa un estrecho callejón empedrado y una escalera de piedra. El tratamiento suelto de la pared izquierda, da paso a los edificios altos que rodean la escalera y podemos ver elementos como la textura de la piedra, puertas, ventanas antiguas, y muchas macetas que rodean el camino del espectador hacía la parte superior de la escalera. En cuanto a la iluminación, resaltar que se trata de una escena nocturna, y que está tratada en tonos fríos. Tonos que contrarrestan con el motivo principal de la obra que es la luz cálida de un farol que cuelga cerca de una puerta, y que baña con su luz los elementos que tiene cerca. A la vez, esta luz marca el recorrido visual del cuadro, adentrando al espectador por la escalera. El ambiente general de la obra es tranquilo, silencioso. Elementos como las macetas o la ropa colgando, dan un toque humano y de cotidianeidad a la escena.