Este retrato fue pintado completamente de la vida, explorando la complejidad de la forma y la sutileza de la luz mientras capturaba su esencia, la delicadeza y fragilidad de su retrato contrastando con la fuerza e intensidad que proyecta. El fondo rojo realza la presencia de Laura, al mismo tiempo, su rostro sereno y su piel luminosa crean un contraste que resalta su suavidad y nobleza. Esta tensión visual crea un equilibrio que habla de la complejidad del carácter de uno y de la experiencia humana. Pintar de la vida es un acto de descubrimiento y una profunda conexión con el modelo. A medida que avanzaban las sesiones, me encontré no solo observándola, pero también comprendiéndola para desvelar lentamente su esencia.